Tuesday, July 12, 2011
Una terrible verdad: Soy un turista
Yo: De repente el sol me cegó por completo bajé la mirada y allí las encontré: mis rodillas desnudas, terribles, redondas, no tarde mucho en notar mis pies, calzados, terribles redondos, concluí mientras el sudor corría por mi frente, trepándose en mi nariz, que desnudo o no todo yo era terrible, redondo. Alguien me dio un leve empujón y seguí caminando, el guía con un español forzado explicaba las magnitudes colosales de las edificaciones de aquel lugar, frente a mi caminaban parejas igual de redondas, pensé por un momento que eran replicas de mis rodillas, imposible las parejas estaban vestidas, mis rodillas seguían allí desnudas, terribles, redondas. Nos detuvimos en una tienda de souvenirs, todo colgaba pretendiendo ser distinto pero apegado a la idea global de lo colosal del lugar, me tomo un rato pero por fin entendí: me había convertido en un turista.
Satanás: y ¿en qué lugar estabas?
Yo: Temo que paseaba adentro de mi mismo.
Satanás: Deberías ofrecer una mejor tienda de souvenirs, ¿no?
Subscribe to:
Posts (Atom)